Pincha aquí para descargar el díptico completo en PDF
¿ANTENAS? NO, GRACIAS
DOCUMENTO PARA LA REFLEXIÓN
DOCUMENTO PARA LA REFLEXIÓN
Vecinos y vecinas,
Con estos cinco puntos queremos contribuir de una manera sencilla a la reflexión sobre los riesgos derivados de las radiaciones electromagnéticas de la telefonía móvil así como sistemas wi-fi, teléfonos dect, repetidores, etc.
PRIMERO. EXISTEN ESTUDIOS QUE LO DEMUESTRAN
Cientos de estudios científicos ya han comprobado que hay una relación causa-efecto entre la existencia de una antena de telefonía móvil y la aparición de tumores, leucemias (especialmente infantiles), malformaciones fetales, abortos, envejecimiento celular, alzheimer, etc. y son constatables los efectos a corto plazo tales como: dolores de cabeza, problemas para dormir, pérdida de memoria, dificultad de concentración, depresión, ansiedad, etc. Los mecanismos que provocan estos riesgos van desde la alteración en los fujos del calcio de las células, la disminución de la melatonina (la hormona del sueño), el aumento descontrolado de los radicales libres, la interferencia de las ondas cerebrales o de los marcapasos. http://www.avaate.org/
Las autoridades sanitarias, sometidas a los intereses de la economía, no dejan de lanzar mensajes tranquilizadores. Afirman que no hay estudios concluyentes sobre la peligrosidad de estas radiaciones. Pero incluso estos estudios oficiales, sufragados por las operadoras, acaban advirtiendo que es preciso seguir investigando y esperar varios años más, o décadas, para estar
seguros. Prefieren utilizarnos como generaciones cobayas y retrasar la toma de medidas para no dañar los beneficios de las telefónicas.
La legislación permite unos niveles máximos de emisión 9.000 veces superiores a las recomendaciones de expertos e investigadores como la Conferencia Internacional del Salzburgo o el colectovo de médicos de Salzburgo. Y todo para que las telefónicas sigan acumulando beneficios escandalosos. Teléfonica el 2007 más de 8.000 millones. Los altos cargos del Ministerio de Industria son antiguos directivos de Telefónica y nunca tiran piedras contra su antigua empresa. Esta legislación se basa en estudios desfasados que datan de 1.999 y desde entonces la tecnología ha avanzado con la aparición de nuevas tecnologías cada vez más contaminantes. Además tienen errores de partida como haber estudiado sólo los efectos térmicos en laboratorio y utilizando una bola esférica con agua y glucosa imitando el cerebro humano.
Actualmente ninguna compañía de seguros cubre los daños causados en la salud de las personas provocados por el funcionamiento normal de estas instalaciones. Por algo será. Lo que en le futuro puede suponer que una comunidad de propietarios tenga que hacer frente, si desapareciera la operadora, que no sería raro, a indenmizaciones millonarias. No en vano las compañías telefónicas han contratado en EEUU a los mismos equipos de abogados y de empresas de imagen que las tabaqueras.
Hoy en día ninguna comunidad de vecinos-propietarios acepta una antena nueva en su azotea, pues mientras más información tenemos al respecto más preocupante es la cuestión. La existencia de una antena en un edificio deprecia automáticamente su valor en el mercado.
Con estos cinco puntos queremos contribuir de una manera sencilla a la reflexión sobre los riesgos derivados de las radiaciones electromagnéticas de la telefonía móvil así como sistemas wi-fi, teléfonos dect, repetidores, etc.
PRIMERO. EXISTEN ESTUDIOS QUE LO DEMUESTRAN
Cientos de estudios científicos ya han comprobado que hay una relación causa-efecto entre la existencia de una antena de telefonía móvil y la aparición de tumores, leucemias (especialmente infantiles), malformaciones fetales, abortos, envejecimiento celular, alzheimer, etc. y son constatables los efectos a corto plazo tales como: dolores de cabeza, problemas para dormir, pérdida de memoria, dificultad de concentración, depresión, ansiedad, etc. Los mecanismos que provocan estos riesgos van desde la alteración en los fujos del calcio de las células, la disminución de la melatonina (la hormona del sueño), el aumento descontrolado de los radicales libres, la interferencia de las ondas cerebrales o de los marcapasos. http://www.avaate.org/
SEGUNDO. LAS AUTORIDADES PRETENDEN TRANQUILIZARNOS
Las autoridades sanitarias, sometidas a los intereses de la economía, no dejan de lanzar mensajes tranquilizadores. Afirman que no hay estudios concluyentes sobre la peligrosidad de estas radiaciones. Pero incluso estos estudios oficiales, sufragados por las operadoras, acaban advirtiendo que es preciso seguir investigando y esperar varios años más, o décadas, para estar
seguros. Prefieren utilizarnos como generaciones cobayas y retrasar la toma de medidas para no dañar los beneficios de las telefónicas.
TERCERO. LA LEGISLACIÓN PROTEGE A LAS EMPRESAS
La legislación permite unos niveles máximos de emisión 9.000 veces superiores a las recomendaciones de expertos e investigadores como la Conferencia Internacional del Salzburgo o el colectovo de médicos de Salzburgo. Y todo para que las telefónicas sigan acumulando beneficios escandalosos. Teléfonica el 2007 más de 8.000 millones. Los altos cargos del Ministerio de Industria son antiguos directivos de Telefónica y nunca tiran piedras contra su antigua empresa. Esta legislación se basa en estudios desfasados que datan de 1.999 y desde entonces la tecnología ha avanzado con la aparición de nuevas tecnologías cada vez más contaminantes. Además tienen errores de partida como haber estudiado sólo los efectos térmicos en laboratorio y utilizando una bola esférica con agua y glucosa imitando el cerebro humano.
CUARTO. NINGUNA COMPAÑÍA DE SEGUROS CUBRE ESTE RIESGO
Actualmente ninguna compañía de seguros cubre los daños causados en la salud de las personas provocados por el funcionamiento normal de estas instalaciones. Por algo será. Lo que en le futuro puede suponer que una comunidad de propietarios tenga que hacer frente, si desapareciera la operadora, que no sería raro, a indenmizaciones millonarias. No en vano las compañías telefónicas han contratado en EEUU a los mismos equipos de abogados y de empresas de imagen que las tabaqueras.
QUINTO. NADIE QUIERE UNA ANTENA JUNTO A SU CASA
Hoy en día ninguna comunidad de vecinos-propietarios acepta una antena nueva en su azotea, pues mientras más información tenemos al respecto más preocupante es la cuestión. La existencia de una antena en un edificio deprecia automáticamente su valor en el mercado.
Nosotros lo tenemos claro:
¿ANTENAS? NO, GRACIAS
LA LEY PUEDE Y DEBE SER MÁS RESTRICTIVA CON LAS OPERADORAS
Exigiendo una emisión máxima de 0,1 microwatios/cm2
(según recomendación de la Conferencia Internacional de
Salzburgo).
Exigiendo una distancia mínima de seguridad entre las antenas y
las zonas habitadas nunca menor de 400 m.
Exigiendo que las operadores compartan sus instalaciones.
Reclamando una legislación que reduzca los valores máximos de
emisión a los criterios de la Conferencia Internacional de Salzburgo
Realizando un mapa de radiación ambiental, con mediciones reales
de densidad de potencia, en cada ciudad.
Exigiendo un seguimiento y control periódico, aleatorio y sin
preaviso, de la potencia real de las emisiones.
Exigiendo alejar de las zonas habitadas las estaciones emisoras
¿ANTENAS? NO, GRACIAS
LA LEY PUEDE Y DEBE SER MÁS RESTRICTIVA CON LAS OPERADORAS
Exigiendo una emisión máxima de 0,1 microwatios/cm2
(según recomendación de la Conferencia Internacional de
Salzburgo).
Exigiendo una distancia mínima de seguridad entre las antenas y
las zonas habitadas nunca menor de 400 m.
Exigiendo que las operadores compartan sus instalaciones.
Reclamando una legislación que reduzca los valores máximos de
emisión a los criterios de la Conferencia Internacional de Salzburgo
Realizando un mapa de radiación ambiental, con mediciones reales
de densidad de potencia, en cada ciudad.
Exigiendo un seguimiento y control periódico, aleatorio y sin
preaviso, de la potencia real de las emisiones.
Exigiendo alejar de las zonas habitadas las estaciones emisoras